martes, 14 de enero de 2014

Personajes pelotudos de la sociedad

Siguiendo la línea de mi asociado en este blog que se convirtió en una cruzada por marcar los evidentes y habituales males de esta sociedad. Hoy le dedico algunas palabras a esas personas, al menos a algunas de ellas, que son como un grano en el culo: aunque no se note, son de lo más incomodo hasta cuando no haces nada.




El desorientado
Entrando al siglo XX, la década de la tecnología, el conocimiento humano al alcance de la mano, todavía tenemos a aquellos que se manejan por la vida como hombres de la antigüedad, entra el uso de la memoria y de a la que te criaste.
Cuando la memoria falla o los defrauda, algunos se acostumbraron a preguntar direcciones. Es entonces cuando el tipo que llego a ningún lugar, por ningún lado para llegar no sabe donde te pregunta a VOS.
No hablo de aquellos que por ahí preguntan calles o lugares conocidos -que también son seres especiales- sino aquellos que preguntan por zonas de nombres extraños, si conoces a tal persona o la calle que desemboque a la ruta nacional 1286. Como si fuéramos maquinas que contienen enciclopedias, guía T y paginas amarillas… todo en una.
“¿Usted conoce a Martha?... Vive por esta cuadra”
“¿Como salgo de aca al codo lateral de Lugones?”
“¿Sabe cual calle me deja justo en el culo al monumento victoreano de Romulo y Remo?”
GPS. Recomendamos su uso.

Preguntas desconcertantes que llegan a nuestros oídos y nos hace a pensar si el tipo es extranjero o simplemente nos esta jodiendo.
Lo peor es que no solo no acepta un “ni idea flaco” como respuesta, sino que tiene alguna otra cosa para decirnos, como para darle un cierre de oro a la inevitable conversación, obviamente no deseada por nosotros.
 “¿Pero vos vivís por acá?” o “¿Sos de acá?”
 “¿No conoce el lugar ese? Me dijieron que queda cerca… por ahí usted no sabe el nombre”

 “¿Sigo estando en capital al menos?”

Deberíamos entender que es una especie de incentivo a darle una respuesta, aunque sea imparcial e incompleta, cuando en realidad no sabemos de lo que preguntan y solo provocan nuestro enojo y aumenta nuestro desconcierto.
Dejarnos como incultos o desconocedores es peor. No solo no va a encontrar respuesta, sino que va a encontrar alguna frase poco gustosa. Seguramente termine con alguna indicación mal hecha y que, como si nada, siga perdido rompiendo la paciencia a algún otro.

El vecino chusma
Esa persona seguramente de edad mayor que se la pasa de almacén en almacén del barrio o sentado en la vereda de su casa si silla plegadiza o apoyado en la pared mirando a la gente pasar.

Esa persona, jamás sabemos con exactitud como, pero tiene tiempo de sobrevivir sin entender como hace para hacerlo y sobre todo, sabe la vida y obra de todas las personas vivientes (y no vivientes) de su alrededor.
Ese vecino se convierte en acechador, perseguidor, peor que tener un fake en tu lista de facebook.
Algunos quieren entrar como sociables y amables. Empiezan a saludar, luego la amabilidad tradicional de preguntar como andamos y esas cosas, para que al final pregunte de nuestros familiares, amigos, vecino, novio, amante, perro y si la casa tiene alguna nueva gotera.
Lo peor es que mientras mas le contestas por cortesía, mas te preguntan. Por lo tanto, más saben. El resto aveces es solo lógica.
 - “¿Tu papa bien?”
 - “Si… bien, en casa resfriado y con fiebre”
 - “Ahh… Supongo que tu mama se tiene que quedarse a cuidarlo. Porque siempre que él se va a trabajar, tu mama sale atrás… a donde va tu mama a la mañana?”

Intercambio de información:
Ejemplificación.
Además los sociables son traficadores de información barrial, solo necesitan pararse en algún punto, estar con dos o mas y claro esta, venir con cuentos nuevos. Si tenes algún familiar medio suelto de lengua, tenes que saber que la mitad del barrio ya se entero en la carnicería que rompiste con tu novia o que cambiaste de trabajo.

Otros la juegan de callados, pero son peores. Consta de parar la ojera y apuntar su mirada a su objetivo en plena calle durante todo el tiempo posible. Se convierte en un guardián de noche y día, con su silla y mate en la vereda. Digno protector argentino.
Vecinos que no salen del barrio, moviéndose por  dentro de un espectro de cuadras –almacén, panadería y supermercado chino- y así todo lo ven y todo lo oyen. Primero empiezan estableciendo coordenadas, después analizan rutinas, para que finalmente escaneen las actitudes, aspecto y posesiones para deducir poder económico, actividades, trabajo, ect. Estos vecinos silenciosos, saben al final la mayoría de tu vida sin mediar una palabra.

Hablamos de personas con un poder de observación y deducción tal que convierten a sherlock holmes en un vecino más, en un barrio más grande. Temibles.

El mirón
Escalones mas abajo pero todavía molesto esta el vecino mirón. Si tu casa tiene entrada, garaje, ventanas hacia fuera, tarde o temprano tendrás alguna abierto por cuestiones varias y es en ese preciso momento que el mirón ataca.
No es simplemente voltear la cabeza, no es de refilón, el visualizador utiliza todos los métodos posibles para traspasar tu cuerpo o cualquier otro obstáculo para poder observar el interior de tu vivienda: levanta la vista, se para en puntas de pie, camina más lento o hasta frena.
Mirón. Nivel rural.
Su objetivo no pasa más allá de chusmear. Podes ver como su cabeza pasa por tu ventana abierta, tal vez con una cortina cerrada y todo, lo ves pasar y mirar. Escasear tu casa y hasta es capaz de verte y seguir sin importarle. Su regla es “si nada impide que lo mire, porque no lo vería?”.
Dejar ventilando tu casa o hablar con algún vecino dejando la puerta abierta, es como dejar comida para gatos en la entrada para ahuyentarlos.  
Evitar mirones es difícil. Pueden ser de la zona o ajenos, pequeños o grandes. Están ahí y tu casa puede ser vista, es posible que no vena nada interesante  o que no lleguen a captar demasiado, pero eso no interesa, solo quieren mirar.


[Les sigo debiendo el 1º puesto del TOP de publicaciones en el facebook, pero os prometo que en 15 días lo podrían estar leyendo...]

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