Siguiendo la línea de mi
asociado en este blog que se convirtió en una cruzada por marcar los evidentes
y habituales males de esta sociedad. Hoy le dedico algunas palabras a esas
personas, al menos a algunas de ellas, que son como un grano en el culo: aunque
no se note, son de lo más incomodo hasta cuando no haces nada.
El
desorientado
Entrando al siglo XX, la década de la tecnología, el conocimiento humano al
alcance de la mano, todavía tenemos a aquellos que se manejan por la vida como
hombres de la antigüedad, entra el uso de la memoria y de a la que te criaste.
Cuando la memoria falla o los defrauda, algunos se acostumbraron a preguntar
direcciones. Es entonces cuando el tipo que llego a ningún lugar, por ningún
lado para llegar no sabe donde te pregunta a VOS.
No
hablo de aquellos que por ahí preguntan calles o lugares conocidos -que también
son seres especiales- sino aquellos que preguntan por zonas de nombres
extraños, si conoces a tal persona o la calle que desemboque a la ruta nacional
1286. Como si fuéramos maquinas que contienen enciclopedias, guía T y paginas
amarillas… todo en una.
“¿Usted
conoce a Martha?... Vive por esta cuadra”
“¿Como
salgo de aca al codo lateral de Lugones?”
“¿Sabe
cual calle me deja justo en el culo al monumento victoreano de Romulo y Remo?”
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GPS. Recomendamos su uso. |
Preguntas
desconcertantes que llegan a nuestros oídos y nos hace a pensar si el tipo es
extranjero o simplemente nos esta jodiendo.
Lo peor
es que no solo no acepta un “ni idea flaco” como respuesta, sino que tiene
alguna otra cosa para decirnos, como para darle un cierre de oro a la
inevitable conversación, obviamente no deseada por nosotros.
“¿Pero vos vivís por acá?” o “¿Sos de
acá?”
“¿No conoce el lugar ese? Me dijieron
que queda cerca… por ahí usted no sabe el nombre”
“¿Sigo estando en capital al menos?”
Deberíamos
entender que es una especie de incentivo a darle una respuesta, aunque sea
imparcial e incompleta, cuando en realidad no sabemos de lo que preguntan y
solo provocan nuestro enojo y aumenta nuestro desconcierto.
Dejarnos
como incultos o desconocedores es peor. No solo no va a encontrar respuesta,
sino que va a encontrar alguna frase poco gustosa. Seguramente termine con
alguna indicación mal hecha y que, como si nada, siga perdido rompiendo la
paciencia a algún otro.
El
vecino chusma
Esa
persona seguramente de edad mayor que se la pasa de almacén en almacén del
barrio o sentado en la vereda de su casa si silla plegadiza o apoyado en la
pared mirando a la gente pasar.
Esa
persona, jamás sabemos con exactitud como, pero tiene tiempo de sobrevivir sin entender
como hace para hacerlo y sobre todo, sabe la vida y obra de todas las personas
vivientes (y no vivientes) de su alrededor.
Ese
vecino se convierte en acechador, perseguidor, peor que tener un fake en tu
lista de facebook.
Algunos
quieren entrar como sociables y amables. Empiezan a saludar, luego la
amabilidad tradicional de preguntar como andamos y esas cosas, para que al
final pregunte de nuestros familiares, amigos, vecino, novio, amante, perro y si
la casa tiene alguna nueva gotera.
Lo peor
es que mientras mas le contestas por cortesía, mas te preguntan. Por lo tanto, más
saben. El resto aveces es solo lógica.
- “¿Tu papa bien?”
- “Si… bien, en casa resfriado y con fiebre”
- “Ahh… Supongo que tu mama se tiene que
quedarse a cuidarlo. Porque siempre que él se va a trabajar, tu mama sale atrás… a donde va tu mama a la mañana?”
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Intercambio de información:
Ejemplificación. |
Además
los sociables son traficadores de información barrial, solo necesitan pararse
en algún punto, estar con dos o mas y claro esta, venir con cuentos nuevos. Si
tenes algún familiar medio suelto de lengua, tenes que saber que la mitad del
barrio ya se entero en la carnicería que rompiste con tu novia o que cambiaste
de trabajo.
Otros la
juegan de callados, pero son peores. Consta de parar la ojera y apuntar su
mirada a su objetivo en plena calle durante todo el tiempo posible. Se
convierte en un guardián de noche y día, con su silla y mate en la vereda.
Digno protector argentino.
Vecinos
que no salen del barrio, moviéndose por
dentro de un espectro de cuadras –almacén, panadería y supermercado
chino- y así todo lo ven y todo lo oyen. Primero empiezan estableciendo
coordenadas, después analizan rutinas, para que finalmente escaneen las
actitudes, aspecto y posesiones para deducir poder económico, actividades, trabajo,
ect. Estos vecinos silenciosos, saben al final la mayoría de tu vida sin mediar
una palabra.
Hablamos
de personas con un poder de observación y deducción tal que convierten a
sherlock holmes en un vecino más, en un barrio más grande. Temibles.
El mirón
Escalones
mas abajo pero todavía molesto esta el vecino mirón. Si tu casa tiene entrada,
garaje, ventanas hacia fuera, tarde o temprano tendrás alguna abierto por
cuestiones varias y es en ese preciso momento que el mirón ataca.
No es
simplemente voltear la cabeza, no es de refilón, el visualizador utiliza todos
los métodos posibles para traspasar tu cuerpo o cualquier otro obstáculo para
poder observar el interior de tu vivienda: levanta la vista, se para en puntas
de pie, camina más lento o hasta frena.
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Mirón. Nivel rural. |
Su objetivo no pasa más allá de chusmear. Podes ver como su cabeza pasa por tu
ventana abierta, tal vez con una cortina cerrada y todo, lo ves pasar y mirar. Escasear
tu casa y hasta es capaz de verte y seguir sin importarle. Su regla es “si nada
impide que lo mire, porque no lo vería?”.
Dejar
ventilando tu casa o hablar con algún vecino dejando la puerta abierta, es como
dejar comida para gatos en la entrada para ahuyentarlos.
Evitar
mirones es difícil. Pueden ser de la zona o ajenos, pequeños o grandes. Están ahí
y tu casa puede ser vista, es posible que no vena nada interesante o que no lleguen a captar demasiado, pero eso
no interesa, solo quieren mirar.
[Les sigo debiendo el 1º puesto del TOP de publicaciones en el facebook, pero os prometo que en 15 días lo podrían estar leyendo...]